lunes, 8 de abril de 2013

Continuamos nuestro viaje imaginario por Andalucía. "Por un millón de pasos"

Durante estos primeros días, hemos visitado la Alpujarra baja y su valle, recorriendo las calles de Órgiva y Lanjarón hasta llegar a Pampaneira donde hicimos noche.
Durante los siguientes días debido al viento y a la lluvia pudimos hacer pocos kilómetros, teniendo que resguardarnos de la lluvia, pero al mismo tiempo nos permitió conocer más a fondo todo el barranco de Poqueira y sus innumerables senderos por Pampaneira, Bubíon y Capileira.... Senderos que se pueden hacer a caballo.

El Barranco del Poqueira lo componen tres pequeños pueblos blancos distribuidos a modo de escalera en las laderas de las montañas alpujarreñas, con el Veleta al fondo. Pampaneira, Bubión y Capileira comparten orígenes. La colonización de este valle es anterior a la llegada árabe, aunque es la cultura musulmana la que deja las profundas huellas culturales y paisajísticas que han llegado hasta nuestros días.

Bubión: Apenas 300 metros más arriba que Pampaneira se encuentra Bubión, que es quizás el pueblo que mejor conserva el espíritu de antaño, con sus casas rústicas y sus numerosas fuentes. La localidad se estructura en dos barrios: El barrio alto y el bajo. La plaza del pueblo, con su iglesia, nos conduce a uno de los dos lavaderos que se conservan en Bubión.
Bajando hacia el barrio bajo nos topamos con numerosos huertos y es allí donde empieza el camino a pie hacia Pampaneira, que discurre junto a un pequeño riachuelo que nos acompaña con su sonido. Subiendo hacia el barrio alto desde el bajo, nos toparemos con el segundo de los lavaderos que se conservan. Construido en 1945, era utilizado por las mujeres del pueblo para lavar en las típicas pilas de piedra, a las que llegaba directamente el agua a través de unas canalizaciones.

Capileira: La localidad más alta de las tres que conforman el Barranco del Poqueira es Capileira. Desde él pueden divisarse espectaculares vistas hacia el Veleta, pero también hacia Pampaneira y Bubión, que se encuentran a sus pies. Su casco urbano conserva íntegramente la arquitectura alpujarreña y sus casas y tinaos están sorprendentemente bien cuidados, conservándose en muy buen estado. La localidad, situada a casi 1.500 metros sobre el nivel del mar, posee numerosos puntos que hacen de miradores para poder observar las vistas del entorno.

Seguimos viaje hacia Pitres y La Taha, con sus innumerables pueblecitos, pequeños y blancos. Allí encontramos a Ferreirola, Mecina Fondales, Mecinilla, Capilerilla, Atalbéitar.
Ya en Pitres visitamos su plaza, una de las más espaciosas y mejor arboladas de la comarca que algunos autores datan de la época romana. Proverbial y reconocida es la socarronería de sus habitantes, a los que en cierta ocasión se les ocurrió pedir a un gobernante local la concesión de un puerto de mar.
Sin apenas darse cuenta, el viajero llega a una vereda que hace descender hacia Capilerilla, uno de los pueblos más antiguos de la Alpujarra, cuyo origen se cree que es visigodo y que constituye la población más alta de La Taha (1.400 metros). Entre los pocos habitantes que hay allí vive Eugenio Salguero, uno de los cabañuelistas más conocidos de Andalucía, con sus animales y los frutos que cosecha de forma totalmente ecológica. Es un hombre que se levanta a las 5 de la mañana para arreglar la vaca, como a la antigua usanza, y que al mismo tiempo participa en programas de televisión o ha ejercido de extra en la película Al sur de Granada, que fue rodada a las puertas de su misma casa, para recrear la esencia de la Alpujarra contemporánea de Gerald Brenan. Junto a él, casas de artistas o empresarios extranjeros y españoles, sin duda, fascinados por el carácter socarrón de los pitreños.

La ruta de Pitres nos ofrece la posibilidad de conocer algunos de los pueblos más bellos de la Alta Alpujarra, como Capilerilla, y descubrir paisajes abruptos, herméticos y llenos de curiosidades. Toda la zona está plagada de leyendas, como la que da nombre al Barranco de la Sangre y que pudo ser, en su día, el lugar en el que se enfrentaron los moriscos y las tropas de Felipe II en una batalla.
Igualmente nos ofrece la posibilidad de degustar ricos manjares, en el desayuno, almuerzo y cena.

Coninuamos la marcha y llegamos a Pórtugos, donde visitamos sus famosas fuentes del agua agria,
así continuamos hasta llegar a Trevélez, el municipio más alto de toda la Penímsula Ibérica.
Pero por hoy ya es suficiente y toca descansar hasta mañana, donde nos espera un durísimo camino, subir por la ruta del veleta haciendo senderismo, kilómetros de dura subida en la que veremos como llegamos a la cima.

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