Durante estos primeros días, hemos
visitado la Alpujarra baja y su valle, recorriendo las calles de
Órgiva y Lanjarón hasta llegar a Pampaneira donde hicimos noche.
Durante los siguientes días debido al
viento y a la lluvia pudimos hacer pocos kilómetros, teniendo que
resguardarnos de la lluvia, pero al mismo tiempo nos permitió
conocer más a fondo todo el barranco de Poqueira y sus innumerables
senderos por Pampaneira, Bubíon y Capileira.... Senderos que se
pueden hacer a caballo.
El Barranco del Poqueira lo componen
tres pequeños pueblos blancos distribuidos a modo de escalera en las
laderas de las montañas alpujarreñas, con el Veleta al fondo.
Pampaneira, Bubión y Capileira comparten orígenes. La colonización
de este valle es anterior a la llegada árabe, aunque es la cultura
musulmana la que deja las profundas huellas culturales y
paisajísticas que han llegado hasta nuestros días.
Bubión: Apenas 300 metros más arriba
que Pampaneira se encuentra Bubión, que es quizás el pueblo que
mejor conserva el espíritu de antaño, con sus casas rústicas y sus
numerosas fuentes. La localidad se estructura en dos barrios: El
barrio alto y el bajo. La plaza del pueblo, con su iglesia, nos
conduce a uno de los dos lavaderos que se conservan en Bubión.
Bajando hacia el barrio bajo nos
topamos con numerosos huertos y es allí donde empieza el camino a
pie hacia Pampaneira, que discurre junto a un pequeño riachuelo que
nos acompaña con su sonido. Subiendo hacia el barrio alto desde el
bajo, nos toparemos con el segundo de los lavaderos que se conservan.
Construido en 1945, era utilizado por las mujeres del pueblo para
lavar en las típicas pilas de piedra, a las que llegaba directamente
el agua a través de unas canalizaciones.
Capileira: La localidad más alta de
las tres que conforman el Barranco del Poqueira es Capileira. Desde
él pueden divisarse espectaculares vistas hacia el Veleta, pero
también hacia Pampaneira y Bubión, que se encuentran a sus pies. Su
casco urbano conserva íntegramente la arquitectura alpujarreña y
sus casas y tinaos están sorprendentemente bien cuidados,
conservándose en muy buen estado. La localidad, situada a casi 1.500
metros sobre el nivel del mar, posee numerosos puntos que hacen de
miradores para poder observar las vistas del entorno.
Seguimos viaje hacia Pitres y La Taha,
con sus innumerables pueblecitos, pequeños y blancos. Allí
encontramos a Ferreirola, Mecina Fondales, Mecinilla, Capilerilla,
Atalbéitar.
Ya en Pitres visitamos su plaza, una de
las más espaciosas y mejor arboladas de la comarca que algunos
autores datan de la época romana. Proverbial y reconocida es la
socarronería de sus habitantes, a los que en cierta ocasión se les
ocurrió pedir a un gobernante local la concesión de un puerto de
mar.
Sin apenas darse cuenta, el viajero
llega a una vereda que hace descender hacia Capilerilla, uno de los
pueblos más antiguos de la Alpujarra, cuyo origen se cree que es
visigodo y que constituye la población más alta de La
Taha (1.400 metros). Entre los pocos habitantes que hay allí
vive Eugenio Salguero, uno de los cabañuelistas más conocidos de
Andalucía, con sus animales y los frutos que cosecha de forma
totalmente ecológica. Es un hombre que se levanta a las 5 de la
mañana para arreglar la vaca, como a la antigua usanza, y que al
mismo tiempo participa en programas de televisión o ha ejercido de
extra en la película Al sur de Granada, que fue rodada a
las puertas de su misma casa, para recrear la esencia de la Alpujarra
contemporánea de Gerald Brenan. Junto a él, casas de artistas o
empresarios extranjeros y españoles, sin duda, fascinados por el
carácter socarrón de los pitreños.
La ruta de Pitres nos ofrece la
posibilidad de conocer algunos de los pueblos más bellos de la Alta
Alpujarra, como Capilerilla, y descubrir paisajes abruptos,
herméticos y llenos de curiosidades. Toda la zona está plagada de
leyendas, como la que da nombre al Barranco de la Sangre y que pudo
ser, en su día, el lugar en el que se enfrentaron los moriscos y las
tropas de Felipe II en una batalla.
Igualmente nos ofrece la posibilidad de
degustar ricos manjares, en el desayuno, almuerzo y cena.
Coninuamos la marcha y llegamos a
Pórtugos, donde visitamos sus famosas fuentes del agua agria,
así continuamos hasta llegar a
Trevélez, el municipio más alto de toda la Penímsula Ibérica.
Pero por hoy ya es suficiente y toca
descansar hasta mañana, donde nos espera un durísimo camino, subir
por la ruta del veleta haciendo senderismo, kilómetros de dura
subida en la que veremos como llegamos a la cima.
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