viernes, 5 de abril de 2013

Comienzo de la marcha "Por un millón de pasos". Primeras etapas.

Comenzamos nuestra marcha el día 1 de abril. Partimos desde nuestro pueblo Torvizcón, con las energías renovadas despues de terminar la Semana Santa, y con la ilusión de emprender la marcha, conocer nuestra bella Comunidad Autónoma, y con la incertidumbre del tiempo que nos espera.
La idea es hacer la ruta de Washington Irving en dirección a Granada, para lo cual en nuestras primeras etapas nos aprovisionamos bien tanto de bebida como de comida.
En nuestra primera etapa, partimos 18 personas, la amenaza de viento y lluvia hace que algunos/as aventureros no se terminen de animar, pero con la esperanza de que se nos unan más adelante.

Iniciamos camino bien temprano el día 1 en Torvizcón y caminamos junto a la ribera del rio Guadalfeo, hasta llegar a la localidad de Tablones, donde una breve parada nos permite reponer energías, tomando un fabuloso desayuno, una tortilla francesa en bocadillo. Despues de un breve descanso iniciamos marcha hacia Órgiva, Situada en el centro de una planicie de vergeles y olivares, Órgiva es considerada la capital de la comarca de la Alpujarra. Está dotada de suficientes y renovadas plazas hoteleras, dispone de buenos restaurantes, incontables bares y locales de ocio.
El término municipal de Órgiva forma parte del Parque Natural de Sierra Nevada y se ubica en su vertiente sur. Enclavada en la confluencia del río Guadalfeo y su afluente el río Chico, es una ciudad comercial que tradicionalmente ha abastecido a toda la comarca. Conjuga en su urbanismo y estilo de vida rasgos modernos con otros que desde hace siglos perduran en la Alpujarra casi intactos.
Aunque todas las referencias histórico-monumentales parezcan indicar que éste sea un lugar de fundación árabe, el origen de Órgiva es mucho más remoto. Se le ha identificado con la colonia griega de Exoche, mencionada por Tolomeo.

Durante el reinado nazarí tomó el nombre de Albastch, que significa llano, y durante varios siglos se la llamó Albacete de Órgiva. En 1492 fue cedida por los Reyes Católicos a Boabdil como lugar de retiro. En la sublevación de los moriscos, durante el reinado de Felipe II, la torre de la casa-palacio de los Condes de Sástago fue escenario de una de las más renombradas gestas cristianas. El alcaide Gaspar de Sarabia y otros 160 hombres, mujeres y niños, resistieron en su interior durante 17 días el asedio de los rebeldes capitaneados por Abén Farag.

Una vez en Órgiva conocemos y visitamos sus monumentos:
Casa Palacio de los Condes de Sástago
Data de los siglos XVI-XVII. Destaca por su arquitectura de influencia árabe, poco habitual en la época. De esta primera época se conserva especialmente el torreón, rematado por 26 almenas.

La construcción reúne diferentes estilos arquitectónicos. La parte árabe conserva el torreón de piedra, la cristiana destaca fundamentalmente por el uso del ladrillo. En el siglo XIX se añadió un tejado al torreón para aprovecharlo como secadero de maíz. Ya en época reciente se ha realizado una restauración que ha permitido añadir toda una sección nueva al edificio, así como su aprovechamiento como espacio público.
El Castillejo
Las ruinas de esta fortificación construida entre los siglos XI y XII se encuentran a tres kilómetros al sur de Órgiva, sobre la margen izquierda del río Guadalfeo, en el paraje conocido con el nombre de Barranco de El Castillejo. Se conservan espesos muros y un aljibe.

Ermita de San Sebastián
Esta capilla donde se venera la patrón de Órgiva se edificó en 1589 sobre sobre una antigua fortaleza visigoda. De una sola nave, quedó en ruina durante la Guerra Civil, siendo reconstruida en 1951. Se modificó la antigua portada, también se renovó la solería, se afirmó la cimentación y se introdujeron algunas modificaciones en la decoración de las capillas, conservándose intacto el primitivo retablo de yeso, en el cual se venera a San Sebastián. A ambos lados del mismo se hallan las capillas de Nuestra Señora de la Aurora y Santa Ana.

Iglesia de Nuestra Señora de la Expectación
Comenzó a edificarse con gran suntuosidad en 1580. Es de estilo renacentista de tipo grecorromano, con bóvedas de medio cañón y arcos de medio punto. Sus dos elevadas torres gemelas de planta octogonal tienen remates de pizarra muy agudos y constituyen la imagen que hace inconfundible a Órgiva. El retablo del Altar Mayor pertenece al barroco churrigueresco. Custodia la imagen del Santo Cristo de la Expiración, una talla de madera de cedro de la escuela de Martínez Montañés.


Una vez visitado Órgiva, reanudamos la marcha hacia Lanjarón, también llamada ‘ciudad-balneario’, a la que Pedro Antonio de Alarcón comparó con “un sueño de poetas”, sorprende por la belleza de su estampa blanca recostada sobre la falda del Cerro del Caballo, en la ladera sur de Sierra Nevada, en medio de un auténtico espectáculo paisajístico que hizo exclamar en su día al escritor: “¡Alto y parada! ¡Soltemos ya la pluma y tomemos los pinceles!”, frase que adorna el pilar levantado sobre la fuente de las Adelfas para conmemorar la visita de este autor granadino a la comarca.
Cerca de allí se encuentra el Mirador de la Cañona, así llamado por conservarse en él varias piezas de artillería empleadas durante la Guerra de la Independencia contra las tropas francesas. Constituye este lugar un punto privilegiado para disfrutar de la belleza del pueblo y admirar su castillo medieval, cuyas ruinas presiden el ancho y abrupto valle del río Lanjarón.

La localidad cuenta con atractivos más que suficientes como para hacer recomendable su visita en cualquier época del año: buenos hoteles y restaurantes, un típico Barrio Hondillo de arquitectura tradicional alpujarreña, hermosos jardines y frondosos paseos arbolados, una larga calle principal de tenderetes con típicos objetos artesanales de cerámica, caña y mimbre.

Y sobre todo, Lanjarón cuenta con el balneario más frecuentado de Andalucía, donde dolencias como el reumatismo, la artrosis y las afecciones del hígado y riñón encuentran uno de sus mejores tratamientos naturales.

La Organización Mundial de la Salud ha reconocido a Lanjarón como una de los lugares de más longevidad del planeta. Es precisamente la calidad de sus aguas –unida al clima, el aire puro de montaña y la dieta mediterránea– lo que permite a muchos de sus vecinos vivir más de cien años.

Una vez llegados a Lanjarón, paramos para almorzar, descansar y recuperar energías, para lo cual visitamos el balneario, donde una buena sauna, un buen masaje nos recuperará por completo.
Al término del mismo visitamos uno de sus numerosos restaurantes para reponer fuerzas. Tomamos una ensalada de lechuga con atún al natural, y una lentejas junto con una copita de vino rosado del terreno. Traas una breve parada volvemos a iniciar el camino, no sin antes visitar su famoso castillo árabe:
El castillo de Lanjarón fue construido durante los primeros años en los que reinó en Granada la dinastía de los nazaríes, hacia 1231. Las tropas castellanas se refugiaron en él, así como los mudéjares en su rebelión de 1500, y posteriormente los moriscos. Poseía de dos a tres torres y un aljibe, además de tener un sistema defensivo próximo al fronterizo. Se puede adivinar su eficacia por su barbacana, palenque, foso y puerta principal (con estrías verticales por las que se deslizaban las partes laterales de la poterna, que cerraría herméticamente el acceso al castillo). La parte sureste era la más grande, aunque actualmente existe otra zona mejor conservada que estaba dedicada a condenas y castigos, lo que explica su condición subterránea, con pasadizos que llevan al exterior. En la actualidad está tapada por escombros. En la zona norte, donde estaban las principales garitas, se encontraba la torre albarrana, desde donde se aprecia el patio general con su camino de ronda.

Dejamos atrás el castillo y se inicia el trayecto hacia el Paraje de Tello, el espacio donde se encuentran las concentraciones arbóreas más ricas y variadas de la sierra: castaños, pinsapos, cedros, pinos y otras especies únicas como las secuoyas y el ciprés de Lawson. Por el carril de la sierra se puede llegar hasta el pie del Cerro del Caballo, que es uno de los picos más altos de Sierra Nevada, por el carril de la Chaparra se puede llegar hasta el Tajo Expósito, que es otro de los lugares más bonitos de la zona. Otros parajes interesantes son el del Tajo de la Cruz, donde solían celebrarse los aquelarres de toda la comarca, o la Huerta de las Monjas, área recreativa junto al río Lanjarón. En la parte baja del trayecto hacia Tello se encuentra el manantial del Salado, conducido hasta el balneario para dar baños. Aparte de su termalismo y altísima salinidad, destaca el color rojizo de sus aguas, al dejar al aire los óxidos de hierro precipitados. Un poema de Lorca ilustra la fuente: "Y hubo un torrente de luceros sobre el cielo sin mancha...". El sendero, que discurre a través de pinos y almendros, descubre a hora y media del inicio desde el parque la acequia-nacimiento de Pedro Calvo. Esta fuente natural tiene una alberca en la que se ven los peces. A partir de este punto el sendero está flanqueado por pinos mediterráneos.
El pleno ascenso, el bosque concentra multitud de árboles de diferentes especies: distintas clases de coníferas, castaños, cerezos silvestres, serval... y al fondo, la nieve y la mole del Pico del Caballo, con más de tres mil metros de altitud .En sus laderas nace el río Lanjarón, famoso por sus cristalinas aguas y por cómo vuela hasta el mar. El Refugio Forestal de Tello y la arboleda que lo rodea ofrecen una vista singular. Abajo, uno de sus pinos mirando hacia la costa. Las panorámicas desde el camino muestran prados y cortijos serranos con su techo plano protegido con launa. Las laderas labradas en terrazas y salpicadas de cortijos envuelven en color el trayecto final de la ruta a tener en cuenta.


Despues de tres horas de camino, lllegamos a los pueblos altos de la Alpujarra: Pampaneira, Bubión, Capileira, Pitres, Pórtugos, La Taha..... donde pasaremos la noche despues de un durísimo día de caminata, en la que hemos visto impresionates monumentos, y hemos degustado la magnífica gastronomía de la zona.
Llegamos a Pampaneira y hacemos parada. Pampaneira es un pueblo de la Alpujarra, situado en el barranco de Poqueira, es junto a Bubión y Capileira Conjunto Histórico Artístico que ha mantenido el aspecto berebere en la arquitectura de sus casas y sus calles. Pampaneira se encuentra en el Sureste de la provincia de Granada, a 1.058 metros sobre el nivel del mar en la comarca de La Alpujarra, a 72 kms. de la capital. El nombre de Pampaneira parece que desciende del adjetivo latino "pampinarius, pampinaria, pampinarium", que significa "productor de pámpanos", y se interpreta como "terreno de viñas". Antiguamente existian en la zona infinidad de viñas en la Taha del Poqueira, estas estaban en la parte de lo que es actualmente el término municipall, la actividad fundamental de su población en la actualidad es el turismo.

Cenamos algunos de sus platos típicos: pan de higo, los soplillos de almendra y sus roscones, pero cenamos "papas a lo pobre" todo esto amenizado con un buen vino del lugar.
Terminamos el día en una casa rural donde pasaremos toda la noche resguardándonos del frio, junto a una hermosa chimenea desde donde se observan algunas de las más impresionantes vistas que una persona pueda ver, los escarpados barrancos, las cumbres nevadas de Sierra Nevada, el manto verde de las montañas.... Bonita estampa con la que irse a dormir.
Hasta mañana......






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